En las afueras de Lpzfhgs, allá en el inaudito lejano, hay una zona de lindos pastos, prados y matorrales, en la que vivían una pareja de perdices enamoradas. Vivían muy felices en su cuevecita perdicera y eran muy queridos por sus vecinos, la familia Palomo, doña Urraca…
Un día, era verano, hacía mucho calor y los granos de trigo lloraban dulces lágrimas, el enamorado Perdiz fue al taller mecánico para recoger su viejo aeroplano, y la enamorada Perdiz estaba sola en su perdicera, cuando pasó por allí un cazador de perdices. Poco le costó cazar a la pobrecita Perdiz, haciendo la siesta como estaba. Estupendo, se dijo el cazador, una perdiz más y esta noche los Príncipes comerán perdices.
Cuando el enamorado Perdiz llegó a la perdicera y, ay, la vio vacía, las tinieblas nublaron su vista, la desdicha se abatió sobre él. Entonces, un perdigón le atravesó el corazón. Y colorín, colorado.
Silla Jotera
viernes, 16 de mayo de 2008
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